27 de diciembre de 2011

El siglo XX, hasta la segunda guerra mundial



Los inicios del siglo XX continúan la estela marcada en el siglo XIX. No es hasta la primera guerra mundial (1914-1918) cuando la sociedad, y sus formas de vida se ven drásticamente transformadas por la brutal experiencia del conflicto bélico. Es entonces cuando la sociedad se percata que la “concepción humanista” heredada de la “ilustración” no es más que una máscara donde encubrir las ambiciones de personas y naciones.
La segunda guerra mundial (1939-1945) supuso la derrota del nazismo, y con ello la hegemonía mundial de dos países: EEUU (Estados Unidos de América) y URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), con tendencias políticas muy enfrentadas.

Música
La primera década del siglo XX nos ofrece un panorama musical variopinto donde conviven diferentes estilos de componer música (impresionismo, expresionismo y postromanticismo) que comienzan a alejarse de la forma de hacer música del siglo XIX (el romanticismo) preludiando la aparición posterior de nuevos estilos (futurismo, dadaismo y dodecafonismo) donde la ruptura con el pasado es más que evidente. El pasado entiéndase como la música basada en las reglas de la tonalidad, pasado que tuvo su culmen en el romanticismo musical, y más concretamente, en la figura de Wagner.

Del impresionismo ya hemos hablado en el tema anterior. Resumiendo podemos decir que es un estilo típicamente francés, muy relacionado con el arte pictórico, y que basa su forma de hacer música o pintura en las impresiones recibidas de aquello que se quiere transmitir, saltándose las reglas del pasado, si con ello se consigue un resultado final más óptimo.

Sin embargo, el expresionismo es un movimiento típicamente germano, que aunque también tiene una relación directa con la pintura y la literatura, se caracteriza por la expresión del ser humano de una forma dura y pesimista.
En la obra pictórica “El grito” de Edward Munch, podemos ver reflejada la angustia y dolor del hombre debido a los conflictos y temores interiores.
El expresionismo musical se caracteriza por el uso de disonancias como elemento dramático; la utilización del sistema atonal, rompiendo con las reglas de organización de la melodía y la armonía; y la interpretación de algunas obras para pequeño grupo de cámara donde cada instrumento actúa como solista.
Ejemplo: “Pierrot Lunaire” de Schoenberg

El postromanticismo, está ligado a los nombres de Mahler y Strauss, dos de los grandes compositores de comienzos del siglo XX que obviaron los nuevos caminos que estaban tomando algunos de sus compañeros para realizar una música heredera del pasado, heredera de la música de Brahms y Wagner, música postromántica, música de grandes vuelos, que utiliza el lenguaje musical propio del romanticismo pero llevándolo a extremos, utilizando grandes orquestas y coros para interpretar sus obras.
Como ejemplos podemos escuchar las sinfonías de Mahler, y la música programática de “Así habló Zaratustra” de Richard Strauss.

El dodecafonismo. Schoenberg, tras su experiencia con la música expresionista (atonal) sintió la necesidad de crear un nuevo método de composición. Fue entonces cuando inventó el Dodecafonismo, o método de composición con doce sonidos que no guardan ninguna relación entre ellos. Este método consiste en ordenar los doce sonidos que hay en una escala cromática, como si nos inventásemos una nueva escala de doce sonidos sobre el que basar nuestra obras. Lo curioso es que Schoenberg establecía que no debía sonar un sonido de nuevo hasta que no se hubieran escuchado por completo el resto de sonidos de su escala (también llamada “serie”). Eso sí, las series podían ser modificas con técnicas contrapuntísticas como la retrogradación, el movimiento contrario y la retrogradación del movimiento contrario. Este nuevo método de composición produce la sensación de que no hay ningún orden jerárquico entre las notas, no hay ninguna nota dominante o tónica, lo que origina que suene de forma muy diferente a toda la música que se conocía hasta el momento. Lejos de caer en desuso, este sistema fue poco a poco calando hondo hasta llegar a la música serial que veremos en el próximo capítulo. Su máximo representante fue Schoenberg, como ya hemos visto, pero tuvo dos discípulos que también impulsaron y compusieron música basado en este peculiar método de composición: Alban Berg y Anton Webern.

Futurismo
Es un movimiento que nace en Italia alrededor de un grupo de compositores que pretendían introducir en la música: el ruido. Más importante que las obras que nos han podido quedar de este grupo es el nuevo tratamiento que confieren a la música, incorporando el ruido como un elemento más haciéndonos dudar en gran medida acerca de qué sonidos son musicales y qué sonidos no lo son, y por supuesto, convirtiéndose en punta de lanza de diferentes movimientos que van a tener lugar a lo largo de todo el siglo XX y XXI. Russolo fue uno de los compositores pioneros en esta tipo de música. Él junto a otros músicos construyeron una serie de instrumentos que producían ruido (los intonarumori) y expusieron su primer manifiesto futurista en el que decían:
“Procuraremos orquestar espiritualmente las multitudes que se atropellan, las estaciones ferroviarias, las fábricas... no olvidaremos los ruidos de las guerra moderna”
En 1913 dieron el primer concierto con esta obra: “Reunión de automóviles, El despertador de la ciudad”.

Dadaísmo
En 1924 se proclama “El manifiesto surrealista” a favor de la expresión libre de los impulsos subsconcientes e irracionales que existen en la mente de los hombres, y que reprimidos, suelen aflorar en los sueños. El Dadaísmo, muy vinculado a este manifiesto es más una actitud con un estilo. UNa actitud agresiva y dismitificadora del concepto de arte, y que se define como un arte antiestético.
El Dadaísmo exalta el absurdo. Más bien no es un movimiento creador, si no una propuesta radical que busca el impacto y el escándalo público. Si bien en música no hay obras representativas de este periodo, si va a servir de fuente de inspiración para futuras vanguardias posteriores como la Música Aleatoria.

Neoclasicismo
El neoclasicismo surge en la década de 1920 como una vuelta al pasado, como una revisión actual de músicas pasadas. No pretendía ir más lejos. Una música basada en la tonalidad y formas pasadas frente al subjetivismo de las músicas que se estaban llevando a cabo en esos momentos.
Algunas de sus características son: La recuperación de las formas musicales del barroco y del clasicismo. La vuelta a la tonalidad. Música agradable y fácil de escuchar.
El máximo exponente de este movimiento fue Igor Stravinsky con obras como “Pulcinella”.
Stravinsky, unos de los músicos más grandes del siglo XX, ya había destacado anteriormente con composiciones como el “Pájaro de fuego” o “La consagración de la primavera” donde trabaja de forma especial el ritmo dotándole a la música de pasajes violentos como antes nunca se habían oído, junto con un tratamiento de la orquesta rudo, casi salvaje, lo que provocó que el público de la época no entendiera esta música, produciéndose un sonado escándalo en su estreno en el año 1913. Posteriormente se adentró ́en la música neoclásica o el dodecafonismos, abordando estilos muy diferentes pero siempre dentro de una estética muy personal, lo que le ha convertido en uno de los grandes compositores de la música clásica.

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